Pongo a la letra lo que aparece en la página VenezuelaTaurina.blogspot.com sobre el caso de las amenazas denunciadas por el novillero venezolano Ramos y replicada, desvirtuada o rectificada por el SITOPE hace unos días...
* Nota del director venezuelataurina.blogspot.com
El presente comunicado del sindicato de toreros del Perú, es muy probable que desate una persecución a los toreros extranjeros que no se acojan a las normativas qe aquí mencionan. Los venezolanos Rafael Orellana y Gregorio Torres Maravilla y por supuesto, por quien se destapó esta situación: Antonio José Ramos (Foto) seguramente tendrán que entrar por el aro para no perderse de actuar en ruedos peruanos.
Aclaremos algunos puntos, que es lo conveniente.
- Que "pasar por el aro" significaría obligar o convencer a una persona de hacer algo que no desea, o verse obligada a hacerlo por conveniencia, en todo caso. Lo que evidentemente no se ajusta a la realidad que describió el SITOPE en su comunicado aquí publicado íntegramente, en el que ponen el piso parejo en torno al caso de las denuncias de un novillero venezolano.
- Que, lamentablemente HOY, tras lo leído arriba vemos que el caballo mediático se ha desbocado, pues lo que inicialmente fue una amenaza (de la que no medió ningún pedido de garantías para la protección del agraviado hasta donde conozco como debió ser), luego de producido el comunicado gremial de los toreros peruanos (SITOPE) el caso ha pegado un rebote mediático en la Venezuela chavista, que ya tipifican el caso de "persecución" (con c, coleguitas, con c)
- Visto lo cual, encuentro que: Persecución es el conjunto de acciones represivas o maltrato, persistentes, realizadas por un individuo o más comúnmente un grupo específico, sobre otro grupo o sobre un individuo. Y nada de esto sucede.
- Que la realidad es que el SITOPE lo único que ha hecho con su comunicado es dejar las cosas claras. Que no hay amenazas del gremio, que no hay "persecusión" ni persecución, y lo que hay son toreros o profesionales ¿? del toreo, que dan vueltas por los ruedos del Perú, que no son nacionales sino extranjeros, y no se ajustan a las reglas de juego del país, osea, que no se AJUSTAN A LA LEGALIDAD que debe imperar.
- Y digo yo, que si los peruanos venimos peleando por decenios para intentar que la seriedad y formalidad se haga parte intrínseca del espectáculo taurino nacional, por qué entonces, ciertos extranjeros deberían circular por el mundo taurino local de espaldas a la legalidad, sin allanarse a las normas ESTABLECIDAS. Y la mínima, en el caso del novillero venezolano Ramos, y quizás algunos otros extranjeros, es que -según SITOPE- trabajen en el país con documentación en regla.
Creo que queda muy claro que el mercado de trabajo no se le está cerrando al novillero, ni a otros extranjeros, lo que se exige (como debe ser) es que trabajen con los documentos en toda regla. Y si este país, mi país, les está dando la oportunidad de TRABAJAR, con lo que ello trae consigo que es quitar puestos de trabajo a los nacionales, lo menos que pueden hacer es dejar de lado la informalidad. ¿eso es mucho pedir? Creo que no. Magaly Zapata. http://detorosymas.blogspot.com