viernes, 4 de junio de 2010

La gran mentira


He visto por televisión la faena de Castella al segundo toro de la tarde en las Ventas.

Como casi siempre ha comenzado brindando al público y con el pase cambiado por la espalda citando desde el centro del ruedo. Demuestra valor. Logra la atención del público.

Luego ha citado por el pitón derecho desde una media distancia que va disminuyendo en cada serie y lo mismo por el izquierdo pero reduciendo la distancia mucho más descaradamente. Nunca remata un pase atrás, presenta siempre la muleta en oblicuo, nunca adelantada y así torea con el pico y hacia afuera, acorta la embestida en la mitad del viaje sacándose al toro hacia afuera con lo que va recortando su recorrido. Finalmente abusa del ensimismó tremendista que asusta al toro y al público que engañado de principio a fin pide la oreja que concede encantado el Presidente.

Castella destorea, jamás da un pase de alante a atrás, ni de arriba a abajo, deja al toro sin torear, no trasmite un ápice de emoción, encima se pone bonito y perpetra una tomadura de pelo que el noventa y nueve por ciento del público se traga sin pestañear y además regaña al uno por ciento que protesta y se queja del engaño perpetrado.

Entre tanto Moncholi y sus secuaces se encargan de difundir a los televidentes lo contrario justo de la realidad, hablan de gran faena de diestro entregado que ha exprimido todas las posibilidades del toro, de la perfección de sus maneras y la finura de sus lances.

Esta es la gran mentira, además de la manipulación de las ganaderías, que realizan hoy los toreros y transmiten los periodistas con total impunidad de un arte que fue grande y único en el mundo y que están llevando a su más ínfimo nivel.

Jandro

http://torear.blogspot.com/2010/06/la-gran-mentira.html


No hay comentarios:

Publicar un comentario